Al mirarme en el espejo no siempre me encuentro, mi yo de hace unos años no acierta relación con mi presente, pero sin lugar a dudas sigo siendo yo.
Al paso de los años he sufrido tantas transformaciones que dependiendo en el momento en que me conocieras quizás deberías tomarte el espacio de re-conocerme.
Es incómodo cuando alguien hace comentarios como ella no era así limitando la posibilidad de cambio e incluso el que cada uno muestre su verdadera esencia.
En cierta etapa he sido lo que se estila sea acorde a las pautas que me trazaron en mi familia, el círculo social y académico en el que me desarrollaba, transcendiendo esto al ámbito laboral, pero como todo en la vida esas etapas finalizan abriendo el e
spacio a menos miedo, menos inseguridad, más autoconocimiento y determinación para trazar la ruta de mi vida.
Justo ahí cuando cedemos los derechos a los demás es que nos perdemos porque con cada acción muero para no disgustar, para caer bien, para sentirme aceptada pero la vida no se trata de aceptación sino de vida.
Dejamos de vivir por miedo a las críticas, la exclusión social o sencillamente para sentir que encajamos en algún lugar, aunque no sé en qué momento aprendí que debía encajar para ser parte de y que eso debía ajustar mi esencia a lo que otros esperaban.
Hoy la invitación es a vivir por convicción no por imposición, al final lo único que te llevas es lo vivido y no lo que te hubiera gustado vivir, esto muchas veces te llevará a soltar: personas, lugares, creencias…
Tienes derecho a cambiar tu yo presente siempre que no esté acorde con lo que decidas ser aunque al mundo no le parezca.
Ten presente que "Algunos buscan la felicidad, otros la crean". Es tu decisión actuar o padecer