Ayer
cientos de personas acudieron a rendir homenaje a Juan Pablo Duarte en el 202
aniversario del natalicio del Padre de la Patria.
Algunos
con ofrendas florales y palabras significando las cualidades que distinguieron
al joven Duarte en su trabajo de forjar
la República Dominicana.
La mejor
forma de recordarle es hacer una gestión transparente apegada a los conocidos
ideales Duartianos que fijan en su lema: Dios, Patria y Libertad, no
permitiendo nuevas estrategias de dominio ni nacional mucho menos
internacional, incluyendo la económica.
Cada uno
independientemente del puesto que ocupe aceptó el cargo para ser servidor (a)
Público (a) y como tal desempeñar su rol en el tren gubernamental no servirse
del pueblo que depositó su confianza en las urnas llevados por promesas de
campañas, caras frescas- o las de siempre renovadas- palabras bonitas y
buscando una salida a las necesidades apremiantes que nos asfixian sin salida
aparente a corto.
El
pueblo necesita y exige funcionarios funcionales no aparentes.
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