Por: Fátima Cáceres Veloz.
Así mismo en la
vida de fe cuando atravesamos por grandes turbulencias, a veces parece que
todos es oscuridad, pero Dios te envía señales que a nuestros sentidos no están
muy claras, ¿por qué? Pensamos que por ser divinas deben venir acompañadas de destellos
de iluminación o de grandes ruidos.
Dice
San Ignacio. Dios dueño y señor de la historia, conduce los acontecimientos con
la suavidad de la brisa, aunque también permite que los hombres desaten
huracanes. Es verdad que Dios actúa con la fuerza del huracán, pero su acción
es imperceptible, apenas si se nota, como apenas se siente el suave susurro de
la brisa suave y placentera.
Dios
tiene el control de todo, ¡Dios nunca llega tarde!
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