La llegada de los niños es sin
lugar a dudas un motivo de inmensa alegría para sus padres. Los mismos velan
desde el primer día por su bienestar y tanto los padres como sus demás familiares
procuran brindarle cariño y afecto al nuevo integrante de la familia. Sin
embargo, además de regocijo que trae consigo el nacimiento de un bebé, el mismo
despierta nuevas preocupaciones entre
los padres con relación a los temas de crianza, disciplina y educación de los
más pequeños. A continuación, presentamos algunos tips a considerar a la hora
de ejercer una crianza saludable para con nuestros hijos.
Trabajo en equipo: Culturalmente,
al momento de ejercer la crianza y disciplina de los hijos la balanza tiende a
inclinarse a uno de los lados: papá o mamá. En ocasiones, uno de los padres
asume el rol de disciplinar al niño, quedando a veces como el ¨villano¨ de la
película. Sin embargo, para que el ejercicio de la disciplina sea efectivo es
vital que los padres trabajen en equipo. Es decir, los mismos deberán ponerse
de acuerdo en cuanto a las reglas que deberán seguir los hijos y las
consecuencias de no hacerlo. Así mismo, ambos deberán velar por el cumplimiento
de las mismas y corregir a los hijos por si mismos de ser necesario. En el caso
de que los padres no estén juntos como pareja, igual es de importancia que los
mismos estén de acuerdo sobre cómo van a criar a sus hijos, puesto que su rol
de padres va por encima de cualquier diferencia o conflicto conyugal en el
pasado.
Reglas claras: Para cumplir una
regla debemos primero de conocerla. No debemos dejar a la imaginación o al
sentido común de nuestros hijos el cumplir las reglas que consideramos
importantes, mas debemos de planteárselas con claridad y formuladas en
positivo. Es decir, que en vez de ¨no corras dentro de la casa¨ es más
favorable decir ¨camina despacio dentro de la casa¨. De esta forma, modelamos
un lenguaje menos restrictivo y más puntal a nuestros hijos. Estos saben
exactamente lo que esperamos de ellos.
Corrección a tiempo: Cuando un niño o niña se
comporta de forma inadecuada, es importante corregirlos en el momento en que el
comportamiento tuvo lugar. Sino, el niño puede olvidar con facilidad lo
ocurrido y no comprender el por qué se le corrige posteriormente. Asimismo, al
corregirles debemos de bajarnos a su nivel, de forma tal que nuestra mirada esté al mismo nivel de la
suya. De esta forma, creamos un clima de
cercanía y confianza con el niño, donde éste puede manejar su nivel de ansiedad
y puede mostrarse más receptivo a la corrección.
Consecuencias, no castigos: Toda acción tiene
una consecuencia, y es importante que nuestros chicos aprendan este principio
desde temprana edad. La diferencia entre castigo y consecuencia es que el
castigo se refiere a una sanción que se impone a otro debido a un
comportamiento en particular., mas la consecuencia hace referencia a un hecho o
acontecimiento que se da como resultado de otro. Es decir, el castigo va
dirigido a la persona como tal, mientras que las consecuencias se derivan de la
acción en sí misma, por lo cual son menos amenazantes para el niño.
Premiar los avances: No debemos
caer en la trampa de solo prestar atención a los errores y faltas de los niños.
Sino más bien, debemos de premiar con entusiasmo sus avances y logros, por más
pequeños que nos parezcan. Crecer es un proceso de ensayo-error, donde los
niños están probando constantemente nuevas formas de ser y de comportarse. Por
eso, es vital que estos cuenten con nosotros para saber qué seguir haciendo (a
través de halagos y premios) y qué dejar de hacer (corrección y consecuencias
saludables y apropiadas a la edad).
Celebrar a sus hijos: La crianza
es un trabajo arduo que demanda tiempo y empeño por parte de los padres y/o
tutores. Pero esto no es lo único. Criar también es celebrar la dicha de tener
una familia y disfrutar juntos cada etapa de la vida. Por lo tanto, es
importante dedicar tiempo de calidad no sólo a la educación y disciplina de
nuestros niños, sino también a momentos y espacios de recreación familiar.
Compartir juntos y participar de actividades familiares son ocasiones
especiales donde no sólo nos divertimos con nuestros seres queridos, sino que
en ellos nuestros lazos afectivos se fortalecen y disfrutamos al máximo el uno
del otro.
Lic. Daisy Núñez
Centro Vida y Familia Ana Simó
http://www.centrovida
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