Ni campeones ni sumisas: como educar a tus hijos buscando la igualdad de género

Han pasado varias décadas de lucha por la igualdad y hemos conquistado muchas cosas. El camino de hoy no se parece en nada a lo que era y en esta nueva era podemos decir que la mujer tiene otro lugar en la sociedad.

Hoy hay mujeres ocupando cargos gerenciales, cargos políticos, hay mujeres cambiando el mundo… Pero así como suceden estas cosas también sabemos que existen los femicidios, la violencia doméstica, las violaciones, etc. Estamos muy lejos de haber terminado la lucha.

Lamentablemente, muchas mujeres siguen muriendo a manos de hombres que se creen superiores por su género. Muchas chicas consiguen su primer trabajo, pero les pagan menos que a sus colegas que tienen los mismos estudios. Aún el mundo no se hace a la idea de que hombres y mujeres somos iguales y debemos ser tratados como tal.

Educación, educación, educación

la igualdad empieza en casa. Como padres debemos enseñarles a nuestros hijos lo que queremos que ellos apliquen para siempre en sus vidas. Es por eso que educar campeones y sumisas no es una buena opción.
Si bien no existe una receta perfecta respecto a la crianza, hay ciertos elementos que debemos tener en cuenta para educarlos desde la igualdad y que ellos luego lo apliquen a las próximas generaciones. Ellos son la clave para terminar con la violencia y la desigualdad…

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Adiós a la idea de campeones y sumisas

Hay que eliminar de raíz los tontos estereotipos y preconceptos con los que ambos géneros cargan. Lo único que nos hace diferentes es la fisionomía corporal, todo los demás atributos son categorizaciones innecesarias impuestas por la sociedad.

#1 Los estereotipos

Las niñas no son princesas que necesitan de la ayuda de un hombre para triunfar en la vida. De hecho, no necesitan conseguir pareja y ser madres paras sentirse realizadas. Las niñas pronto serán mujeres independientes capaces de elegir lo que quieren hacer de su vida y sea lo que sea que elijan está bien.
Los niños no son rudos y fuertes, los niño también lloran, y sus sentimentalismos son propios de su personalidad, eso no los hace “maricas”. Puede ser que les guste el arte o la danza y que cuando sean padres prefieran quedarse en su casa cuidando a su hijo mientras su pareja sale a trabajar y está bien…

#2 El amor

Cuando dos personas se ponen en pareja no importa si son heterosexuales u homosexuales, simplemente importa que se amen y se hagan felices. El amor no tiene raza, género ni religión y puede expresarse de mil formas, y eso no va a “destruir” la idea de familia.

#3 La tolerancia

Las parejas que se aman se lo demuestran, sin importar el lugar o quien esté delante, es parte de la libertad. Así que si ves a dos chicos besándose verás la cara del amor manifestándose, al igual que cuando ves a una chica y un chico tomados de la mano. El amor no se elige, se siente y nadie tiene derecho a decir que es inmoral.

Las familias tienen muchas formas, de hecho cada familia es un mundo. Hay familias numerosas, otras más pequeñas; algunas tradicionales, otras fuera de lo común; pero eso no las hace menos familias que otras. El amor se expresa en muchas formas y la familia es una de ellas.

#4 El respeto

Hombres y mujeres viven en sociedad y necesitan del otro para subsistir, eso no los hace a unos más dominantes que otros. Ninguna chica es promiscua por caminar sola de noche, nadie se merece ser violado, nadie merece ser golpeado por su orientación sexual, nadie debe ser castigado por ser amo de casa pero sobre todo, nadie puede desaprobar nuestras decisiones, porque de eso se trata la libertad y ese es el camino hacia la igualdad…
¿Y tú que le enseñas a sus hijos?
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