Se dice que la navideña es una época de amor, solidaridad y convivencia familiar; sin embargo, es el periodo del año cuando se registra mayor número de suicidios y depresiones.
Las personas afectadas en esta temporada suelen manifestar desde una nostalgia permanente hasta una tristeza profunda, causadas en gran parte por el bombardeo publicitario y la presión social que impulsa a los individuos a desear una felicidad que continuamente es retratada en las pantallas de televisión, pero que no encuentran en el mundo real.
"Se presentan dos tipos de depresión: la estacional y la navideña. La primera, también llamada trastorno afectivo estacional (TAE) es una alteración psico-fisiológica, porque involucra la parte orgánica y psíquica", explicó el catedrático de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Manuel González Oscoy.
DEPRESIÓN NAVIDEÑA
En la época decembrina, que gira en torno a las fiestas por la Navidad y el Año Nuevo, aumenta la aparición de trastornos depresivos por factores familiares, anímicos y emocionales; éstos se vuelven más fuertes y toman mayor importancia, expuso.
Tienen mayor incidencia en los centros de reclusión, porque los festejos se relacionan con la familia, la compañía, y con las pérdidas que han ocurrido. Y esta depresión puede llevar al suicidio
Diversos estudios han demostrado que en la temporada navideña los casos de "bajones" anímicos y suicidios aumentan hasta 40 %.
Cuando se incrementa el estado depresivo y los síntomas se profundizan, puede aumentar la probabilidad de que aparezcan conductas suicidas; si una persona se siente deprimida o triste, es más probable que tenga pensamientos de muerte, alertó.
En estos casos, que se han identificado en ciertas poblaciones y sitios como las prisiones, se deben tomar medidas preventivas como favorecer el contacto familiar y promover actividades de convivencia, recomendó.
A la menor señal de aumento depresivo, se debe trabajar con los factores psico-sociales que puedan intervenir. "Si sé que me puedo deprimir porque voy o no a ver a mi familia, y es una época de convivencia, debo sustituir o cambiar fechas para que esos contactos significativos puedan darse".
Otro factor que puede incidir es el socio-económico. En la temporada decembrina la promoción del consumo es alta, y cuando no es posible atenderlo, existe el riesgo de depresión. "La exposición a tanta publicidad nos hace sentir frustrados por no poder satisfacer esos deseos", explicó.
La alerta debe prenderse si se observan trastornos alimenticios, sueño, pérdida del placer al ejercer otras actividades, aislamiento, tristeza, melancolía y pensamientos pesimistas, entre otros.
"Aunque todos estamos propensos, se presenta mayor incidencia entre las mujeres; ellas son más susceptibles por los altibajos hormonales. Estudios internacionales demuestran que en el sexo femenino se duplica la proporción", concluyó el experto. (Fuente: Boletín UNAM-DGCS)
Las personas afectadas en esta temporada suelen manifestar desde una nostalgia permanente hasta una tristeza profunda, causadas en gran parte por el bombardeo publicitario y la presión social que impulsa a los individuos a desear una felicidad que continuamente es retratada en las pantallas de televisión, pero que no encuentran en el mundo real.
"Se presentan dos tipos de depresión: la estacional y la navideña. La primera, también llamada trastorno afectivo estacional (TAE) es una alteración psico-fisiológica, porque involucra la parte orgánica y psíquica", explicó el catedrático de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Manuel González Oscoy.
DEPRESIÓN NAVIDEÑA
En la época decembrina, que gira en torno a las fiestas por la Navidad y el Año Nuevo, aumenta la aparición de trastornos depresivos por factores familiares, anímicos y emocionales; éstos se vuelven más fuertes y toman mayor importancia, expuso.
Tienen mayor incidencia en los centros de reclusión, porque los festejos se relacionan con la familia, la compañía, y con las pérdidas que han ocurrido. Y esta depresión puede llevar al suicidio
Diversos estudios han demostrado que en la temporada navideña los casos de "bajones" anímicos y suicidios aumentan hasta 40 %.
Cuando se incrementa el estado depresivo y los síntomas se profundizan, puede aumentar la probabilidad de que aparezcan conductas suicidas; si una persona se siente deprimida o triste, es más probable que tenga pensamientos de muerte, alertó.
En estos casos, que se han identificado en ciertas poblaciones y sitios como las prisiones, se deben tomar medidas preventivas como favorecer el contacto familiar y promover actividades de convivencia, recomendó.
A la menor señal de aumento depresivo, se debe trabajar con los factores psico-sociales que puedan intervenir. "Si sé que me puedo deprimir porque voy o no a ver a mi familia, y es una época de convivencia, debo sustituir o cambiar fechas para que esos contactos significativos puedan darse".
Otro factor que puede incidir es el socio-económico. En la temporada decembrina la promoción del consumo es alta, y cuando no es posible atenderlo, existe el riesgo de depresión. "La exposición a tanta publicidad nos hace sentir frustrados por no poder satisfacer esos deseos", explicó.
La alerta debe prenderse si se observan trastornos alimenticios, sueño, pérdida del placer al ejercer otras actividades, aislamiento, tristeza, melancolía y pensamientos pesimistas, entre otros.
"Aunque todos estamos propensos, se presenta mayor incidencia entre las mujeres; ellas son más susceptibles por los altibajos hormonales. Estudios internacionales demuestran que en el sexo femenino se duplica la proporción", concluyó el experto. (Fuente: Boletín UNAM-DGCS)
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