La educación debe ser la prioridad nacional
para las próximas décadas, como única forma de que esta nación pueda avanzar y
desarrollarse.
Como ciudadana estoy de acuerdo con que el
Estado aporte más recursos para mejorar y ampliar la cobertura de educación
primaria, secundaria y universitaria y que la gente de buena voluntad se
exprese y luche por ese alto fin.
Hoy muchos de los funcionarios que apelan por
el 4% fueron los mismos que al ocupar un puesto de gerencia violaron también la
ley no asignándolo y hasta dicen que si llegarán a ocupar un puesto que se lo
permitiera pues lo harían, ya esto es solo campaña barata y política y jugar
con la ignorancia de un pueblo que aun cree en promesas y en partidos.
Soy de las que cree que el problema no es sólo
de recursos económicos para la educación. Estoy convencida de que si se le
aportara, no sólo el 4: el 8% del PIB a la educación, con la estructura
magisterial actual, no avanzaríamos en nada en lo fundamental, que es la
calidad de la educación y la formación de nuestros estudiantes.
La mayor muestra de lo expresado, como una
ironía de la vida, se produjo el mismo fin de semana en que se celebró la
marcha por el 4% desde la Uasd,
con la elección del líder estudiantil que tiene 20 años en la carrera de
medicina y que para vergüenza de esta nación seguramente ya ha sido inscrito en
el Libro Guinness, rompiendo todos los récords mundiales de años en el estudio
de una carrera que dura 5 años.
Es ese ejemplo de la elección del presidente
de la FED de la UASD, al que el candidato
Hipólito Mejía elogió, dio apoyo y ponderó como el dirigente que esperaba el
estudiantado de la UASD
para llevar a cabo sus conquistas, un retrato fiel de lo que para este país
representa la candidatura presidencial del PRD.
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