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martes, 26 de febrero de 2013

¿Qué causa los ronquidos y cómo podemos tratarlos?


Ronquidos y apneas obstructivas en el sueño (SAOS)

¿Qué son los ronquidos?
Los ronquidos son sonidos producidos por la vibración del paladar blando y de otras estructuras del tracto respiratorio superior. Es muy frecuente (el 40% de la población adulta ronca), especialmente en los hombres obesos de mediana edad (> 40 años). Los ronquidos pueden ser muy molestos para el compañero/a de cama, pues le pueden impedir dormir. A menudo, el compañero tiene que ir a dormir a otra habitación.



¿Qué son las apneas obstructivas en el sueño?
Se define la apnea como la interrupción, durante al menos 10 segundos, de la respiración. En las apneas obstructivas del sueño, se cierra la garganta durante el mismo, impidiendo el paso del aire. El síndrome de apneas obstructivas en el sueño (SAOS), se presenta en un 4% de la población adulta.
Como el SAOS se manifiesta de forma muy distinta en los niños que en los adultos, nos ceñiremos al SAOS en los adultos en esta página y hacemos una página nueva para el SAOS en los niños.
Cuando respiramos, la presión en la garganta y en el tórax disminuye por debajo de la presión atmosférica, lo cual hace que el aire entre en nuestros pulmones. La presión atmosférica alrededor del cuello tiende a comprimir la garganta cuando respiramos, pero los músculos dilatadores de la faringe se oponen, manteniendo la vía aérea superior abierta. Durante el sueño, estos músculos dilatadores de la faringe son menos activos, y la garganta tiende a cerrarse cada vez que respiramos.
Cuando la estrechez de la garganta alcanza un cierto grado, el paso del aire crea turbulencias y produce vibraciones audibles: los ronquidos. Si la estrechez es aún mayor, se produce un bloqueo más importante, que llega a impedir el paso del aire: las apneas. Si la apnea se prolonga, la lucha por respirar termina por despertar al paciente. La apnea suele terminar con un ronquido fuerte, o un sobresalto. Este despertar permite a los músculos dilatadores de la garganta volver a abrir la faringe y respirar de nuevo, pero la persona se duerme tan rápidamente que no recuerdan estos despertares.
En el SAOS, se repiten continuamente estos ciclos de dormido-apnea-despierto-dormido-apnea. Durante el sueño, las apneas (y las hipopneas, interrupciones parciales de la respiración) producen una disminución de la oxigenación de la sangre y fragmentan mucho el sueño, produciendo un sueño de mala calidad y poco reparador. En los casos graves, el paciente con SAOS tiene un sueño muy intranquilo, no para de moverse y suda de forma profusa sin motivo aparente. Por las mañanas, se quejan de que han dormido pero no han descansado.
Algunas personas se despiertan muy asustados durante el curso de una apnea, con sensación de ahogo, aunque dicha sensación no suele durar más de unos segundos.
Es muy frecuente también que cuando observa las apneas, el compañero de cama sacuda al paciente con SAOS por miedo a "que se queden". Esto no es necesario, pues los pacientes siempre se despiertan y recuperan la respiración.
Los pacientes con SAOS tienen un sueño de muy mala calidad y tienden a manifestar somnolencia durante el día. En casos graves, la somnolencia es tan grande que se han registrado casos de personas que se han dormido durante conversaciones, comiendo, conduciendo e incluso rodeados de maquinaria ruidosa y peligrosa.

¿Cuáles son las causas del SAOS?
La causa principal que predispone a este problema es tener una garganta más estrecha de lo normal. Esta situación no causa problemas con la deglución ni con la respiración cuando estamos despiertos. Hay factores adicionales importantes que estrechan aún más la garganta: la obesidad, que en los varones condiciona depósitos de grasa en el cuello, estrechando la garganta, así comofumar y beber. Hay causas imposibles de evitar, como factores hereditarios -algunas familias tienen la garganta más estrecha- o la edad (la garganta se hace más estrecha con los años).
El alcohol relaja los músculos dilatadores de la faringe, de forma que empeora los ronquidos y las apneas. Las pastillas para dormir, sedantes y antihistamínicos (utilizados en las enfermedades alérgicas), tienen un efecto similar.
¿Qué causa los ronquidos?
  •  En los niños, los ronquidos se suelen deber a adenoides (vegetaciones) o amígdalas (anginas) grandes.
  •  Una mandíbula muy pequeña (micrognatia y retrognatia), hace que la lengua se desplace hacia atrás, facilitando la obstrucción.
  •  Un paladar blando o la campanilla demasiado grande, también estrechan la garganta y pueden contribuir al problema.
  •  Las obstrucciones de la nariz (desviación del tabique, etc.), aumentan las turbulencias y facilitan los ronquidos. Esto explica por qué la gente ronca más cuando está resfriada.
  •  La hipertrofia de cornetes, las alergias nasales, los adenoides (vegetaciones) y los tumores nasales también pueden limitar el paso del aire a través de la nariz y facilitar los ronquidos.
  •  La obesidad es un factor muy importante. El depósito de grasa en el cuello estrecha la garganta.
¿Cuáles son los signos de alarma?
La excesiva somnolencia diurna en una persona que mientras duerme tiene paradas en su respiración que terminan con un ronquido fuerte o con sobresaltos y movimientos de todo el cuerpo, es un síntoma muy probable de SAOS.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias del SAOS?
  •  Predisposición a los accidentes de tráfico o de trabajo, debidos a la somnolencia
  •  Dificultades para concentrarse. Disminución en el rendimiento.
  •  Tendencia a la depresión
  •  Tendencia a la hipertensión arterial
  •  Ligero aumento del riesgo de padecer angina de pecho, ataques al corazón o trombosis cerebrales.
¿Qué se puede hacer?
  •  Adelgazar, reduciendo especialmente las grasas, los dulces y el alcohol.
  •  Hacer ejercicio físico adecuado a la edad. Lo ideal es realizar ejercicio de forma regular, 20 minutos o más al menos 2-3 veces a la semana.
  •  No tomar ninguna bebida alcohólica en las 3 horas antes de acostarse.
  •  Evitar tomar sedantes y antihistamínicos (pastillas para las alergias), antes de acostarse.
  •  No fumar.
  •  Dormir de lado, o con la cabecera de la cama elevada.
¿Cómo establece su medico el diagnóstico?
Su médico escuchará lo que le pasa prestando especial atención a:
Se deben explorar las fosas nasales y el tracto respiratorio superior para descartar la presencia de inflamación en las fosas nasales o en la orofaringe, una desviación del tabique o la existencia de tumores.
El tipo de sueño puede ser evaluado en el hospital o en el domicilio del paciente, utilizando unos equipos de monitorización especiales. Estos equipos registran, graban y analizan el nivel de oxígeno en la sangre, los ronquidos, la respiración y los movimientos del tórax. Adicionalmente, el médico puede pedir que se registren las distintas fases del sueño, los movimientos de las piernas, el nivel de anhídrido carbónico, el electrocardiograma, etc. (estudios del sueño, polisomnografía, etc).
La somnolencia puede deberse a otras causas, siendo la más frecuente la mala higiene del sueño (dormir pocas horas). La excesiva somnolencia, por su relación con posibles accidentes, debe ser siempre evaluada por su médico, y, más adelante, por un especialista en enfermedades del sueño.
  •  Los ronquidos
  •  Las interrupciones en la respiración mientras se duerme (apneas)
  •  La excesiva somnolencia durante el día
Pronóstico
Si se pierde peso, es muy probable que los síntomas desaparezcan. En caso contrario, es raro que la enfermedad desaparezca de forma espontánea.
¿Cómo se tratan los ronquidos y el SAOS?
El mejor tratamiento disponible para el SAOS es un aparato llamado CPAP (del inglés Constant Positive Airway Pressure, presión positiva constante en la vía aérea). Este aparato proporciona una ligera presión positiva en la vía aérea a través de la nariz, cuando se duerme. Con ello, se mantiene la presión en la garganta por encima de la presión atmosférica, manteniéndola continuamente abierta e impidiendo las apneas y los ronquidos. El tratamiento es tan eficaz, que al cabo de 2-3 días, los pacientes cuentan que desaparecen los ronquidos, las apneas y la somnolencia excesiva durante el día.
El tratamiento con la CPAP no cura la enfermedad, por lo que el paciente debe hacer un esfuerzo adicional y tratar de perder peso. Alternativamente, y para casos no muy graves, se pueden probar los avances mandibulares (un pequeño aparato que se coloca entre los dientes y desplaza el maxilar inferior hacia delante). Estos aparatos son especialmente útiles en personas con micrognatia (maxilar inferior pequeño), que roncan.
No se dispone de medicamentos útiles para estos problemas de ronquidos y de apneas (hay mucha publicidad engañosa).
Una minoría de pacientes puede beneficiarse de la cirugía. En los niños, se suelen conseguir muy buenos resultados con operaciones de amígdalas o vegetaciones. Hace unos años, se solía operar en los adultos, interviniendo el tabique nasal o el velo del paladar y la úvula (UPPP). Esta última operación puede tener complicaciones serias, como dolor postoperatorio o incompetencia del velo del paladar (los líquidos se pasan desde la boca a la nariz, cuando se traga). Se han intentado otros diversos tipos de cirugía en estos años, pero son muy pocos los pacientes que se benefician de las operaciones.
El SAOS es un problema de salud pública, dado que afecta a un porcentaje muy importante de la población. Esto ha motivado una activa investigación sobre este problema, que hace prever nuevos avances en el tratamiento de esta condición en un futuro próximo.
Dr. Gavin W. Petrie, especialista en Medicina Respiratoria


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