Un famoso libro afirma que los hombres son de Marte y las mujeres... de un poco más lejos. Los sexos son diferentes hasta en la forma que abordan los hábitos alimenticios y sus patrones. ¿Podemos aprender de cada uno? No es un secreto que los hombres tienden a perder peso más fácil que las mujeres. Si bien la genética tiene mucho que ver, e influye un tanto la morfología corporal, también es cierto que ambos géneros tenemos estilos diferentes a la hora de comer.
¿Qué debemos aprender de los hombres?
No coma sin necesidad: los hombres generalmente se involucran menos a la hora de preparar los alimentos que sus complementos femeninos. Esto es significante porque sólo el ver u oler la comida nos provoca la tentación de ir picando, y en cada probada que hacemos "ajustando el sazón" tiramos por el zafacón la dieta que iniciamos justo esa mañana.
Alguien se puso a calcular lo que comía "probando" y cuando llegó a 300 calorías, paró de contar. La solución no es dejar de cocinar para su familia, pero sí de ser más sabia. Involucre a más personas en la preparación y deje que todo el mundo pruebe. Si como quiera se siente tentada, mastique goma de mascar sin azúcar o un par de mentas mientras cocina.
Evite los antojos: Los hombres difícilmente se antojan, y eso es porque las hormonas que los provocan no los vuelven locos... Pero si el deseo desproporcionado por comer algo específico no es lo suficientemente malo, analice lo que normalmente se le antoja que es donde reside el problema.
Los hombres gravitan alrededor de otro tipo de antojos y si son relacionados a alimentos, generalmente son por comidas altamente proteicas, mientras que las mujeres nos vamos con los dulces. A fin de minimizar los antojos de carbohidratos (y el daño calórico que traen consigo), ingiera en cada comida alimentos con proteínas de alta calidad como pescados y carnes magras, pollo y pavo sin piel, huevos o productos derivados de soya. Para las meriendas, escoja combos compuestos de proteína y carbohidratos, como queso ricota con frutas; yogurt y cereales, queso y chips horneados, etc.
Viva pendiente de su cintura: Todos los hombres que conoce saben exactamente cuándo les aprieta el cinturón. A las mujeres nos gusta la ropa cómoda y nos ponemos felices cuando la ropa se lleva "un poco floja", lo que nos permite hacernos de la vista gorda... Puede hacer dos cosas: o se pesa regularmente para darse cuenta de cualquier diferencia o se consigue un par de "jeans de monitoreo", aquellos que siempre le dirán si cogió las libras en la cadera, en los muslos o la cintura. ¡ Nunca mienten!
¿Y de ellas?
Las mujeres también tenemos nuestros trucos.
Contamos calorías: Estamos más conscientes que los hombres sobre lo que comemos: su contenido de grasas, carbohidratos y porciones.
Nos hemos acostumbrado a contar.
Los hombres difícilmente distinguen una ración de una funda completa... Cortamos grasa: las mujeres comemos conscientemente menos grasa y mayor cantidad de frutas, vegetales y fibras. Estas comidas tienden a saciar por mucho más tiempo con mucha menor carga calórica. Para cortar las grasas, los hombres deben evitar las frituras, las salsas muy densas, los lácteos enteros y las cortes de carne con mucha grasa.
Preguntamos: los hombres prefieren perderse en lo claro antes que pedir ayuda. Tampoco hablan de "sus cosas". Las mujeres no sufrimos tanto. Todo lo que necesitamos es una persona con quien hablar, con quien compartir la carga a veces insoportable de perder peso y cambiar de vida. En el caso de los hombres puede ser un familiar, un amigo o un compañero de gimnasio.
Marte / Venus. Hombres / mujeres. Dos caras de una misma moneda. Venimos tratándonos desde el inicio de los tiempos... seguimos intentándolo.
Himilcetejada@hotmail.com
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