Verde, que te quiero...

Tener plantas en casa es una forma barata de decorar y poner un toque de belleza. Su sola contemplación nos serena, porque son un trocito de naturaleza. Y además, las plantas son saludables. Toma nota de los beneficios que supone rodearte de ellas:

-Generan oxígeno y absorben dióxido de carbono, lo que las hace beneficiosas incluso en el dormitorio (aunque antes se decía que no debíamos dormir cerca de ellas).

-Aumentan la concentración de iones negativos, compensando así los campos eléctricos perjudiciales para la salud que emiten todos esos aparatos que nos rodean: televisión, móvil, ordenador...

-Elevan el grado de humedad en el aire, lo que ayuda a que no se sequen las vías respiratorias. Esto protege de irritaciones en la mucosa respiratoria, sequedad de garganta, etc.

-Regulan la temperatura: en verano refrescan el ambiente mediante la evaporación de agua, y en invierno emiten calor (como cualquier ser vivo).

-Reducen la concentración de esporas de moho y bacterias presentes en el aire.

-Su color verde es más que un sedante para la vista: los expertos en cromoterapia afirman que contribuye a reducir el cansancio, el estrés y las jaquecas.

... Y sí, es cierto que se ponen más bonitas cuando se les habla (como hacía el príncipe Carlos), se les acaricia o se les aplica reiki. También vale el truquito casero de añadirles el agua que sobra de cocer las verduras, que está repleta de minerales y sustancias que las alimentan.