Tenemos
miedo porque es el otro,
Aquel
que nos obliga a confrontarnos con nosotros mismos.
Tenemos
miedo porque es diferente,
Aquel
que nos lleva a cuestionar nuestra igualdad asimétrica.
Tenemos
miedo porque es extranjero,
Aquel
que nos obliga a dialogar con otra cultura.
Tenemos
miedo porque es pobre y hambriento,
Aquel
que cuestiona nuestros cofres e almacenes abarrotados.
Tenemos
miedo porque el no tiene lugar
Y
nos desinstala de nuestros puestos fijos.
Tenemos
miedo porque el no tiene nombre
Y
nos hace preguntar por la identidad que exhibimos.
Tenemos
miedo porque él no tiene raíz
Y
expone al sol nuestras raíces más ocultas.
Tenemos
miedo porque él viene del lado de afuera de los muros
Y
revela la fragilidad de nuestros sistemas de seguridad.
Tenemos
miedo porque él es mensajero de sueños e esperanzas;
Aquel
que pone al desnudo la indiferencia "realista" de nuestra parálisis
existencial.
Tenemos
miedo porque el es mayoritariamente joven,
Aquel
que expone las señales de decrepitud precoz de nuestra civilización.
Tenemos
miedo porque el apunta horizontes nuevos
Y
evidencia nuestra mezquines, hermetismo e cerrazón.
Tenemos
miedo porque él quiere cambios
Y
mueve con las comodidades de nuestras ideas envejecidas.
Tenemos
miedo porque él es portador de la gran utopía,
Aquel
que revoluciona y transforma nuestra vida muerta.
Alfredo
J. Gonçalves
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