Día de La Madres

El último domingo de mayo se celebra, en nuestro País, el Día de la Madre; en fin todo el mes de mayo es dedicado a las madres, en nuestra Patria hermosa.

Particularmente, me incomoda la imagen edulcorada, “maquillada” , que nos vende la “publicidad” sobre las madres. Fotos de mujeres embarazadas a trasluz, atendidas en clínicas muy blancas, brillando de aseadas; mujeres bellas y rubias corriendo en “cámara lenta” por los parques con sus hijitos; damas felices, impecables y maquilladas a las siete de la mañana, sirviendo un desayuno prolijo a sus niños muy sobrios y educados, o sentadas en mullidos sofás… En fin, no digo que no existan esos cuadros, pero la realidad de la gran mayoría de hogares dominicanos, es muy diferente de todo eso…

Los partos duelen y cuestan, los chicos lloran, se enferman y son caprichosos, se ensucian y no hay lavarropas automático ni jabón en polvo con superoxígeno o ionizantes que nos saque el malhumor. Los amamos y eso es lo que nos permite a la luz del tiempo olvidar todo aquello. Es el amor profundo, al final del día, el bálsamo que cura, toda vicisitud y dificultad.

Pero los hijos y las hijas no vienen con un manual de instrucciones del usuario como los electrodomésticos. Aprendemos con ellos y a partir de ellos, a ser padres. Particularme, las madres dominicanas, aprenden a ser madres siéndolo, porque sólo son madres cuando ellos y ellas aparecen en sus vidas. De repente un día, nuestras mujeres se encuentran con un ser indefenso que depende absolutamente de ellas, de su Madre PARA SIEMPRE. Quiere comer, tiene frío, cólicos, mimos, deseos, proyectos, gestos que molestan, amigos que no gustan… Son parte de ellas y a la vez ajenos. Son unos otros y otras, tan diferentes y tan parecidos. Tan nuestros y tan de nadie. La madre sufre sus dolores y goza sus alegrías y triunfos, construye los vínculos como se puede, con más o menos miedos, con más o menos sesiones de terapia, con el consejo de la vecina, con el consejo de otras madres, en una sociedad que no se ocupa de la mayoría de la población, en la que solo el dinero consigue un parto decente o una educación que permita asegurar el futuro.

¿Qué es ser madre? ¿Parir un hijo? ¿Criarlo? ¿Mimarlo? ¿No ponerle límites? ¿O ponerle demasiados? ¿Qué es ser madre?

Pregunta demasiado grande, difícil de responder y que la respuesta suene correcta al oído de todos, por eso una publicidad no alcanza, ni un día que les rinda homenaje, ni un poema que les ensalce, ni la canción más hermosa del mundo, ni la flor más fragante.

Ser madre puede estar muy bien, pero lo que no deben olvidar jamás compatriotas, queridas madres, es que, ante todo son mujeres y que en tanto se sientan bien consigo mismas, mejor relación podrán tener con vuestros hijos e hijas. Porque cuando el tiempo pase y ellos se vayan y ellas se independicen, ustedes van a quedar a solas y cuando se miren al espejo van a ver que ahí hay algo más que una madre, hay una mujer. Un ser humano, que sueña, que aspira, que vale por si misma, no por los membretes que le pongan o que la cualifiquen. No permitan que la sociedad les obligue a sumir roles, en los cuales se disimule la explotación o el discrimen.

La situación actual es dura pero podemos cumplir con mayor facilidades nuestros roles de padres y de madres; Porque no sea tan difícil, ser madre en este País hermosos pero de contrastes tan marcados; Para que, la realidad cotidiana se parezca un poco a esas imágenes de fabula que la televisión transmite y la prensa escrita imprime a “full color”, en especial en estas fechas.

Esta corta reflexión, para decirles de todo corazón a todas las amigas, mamás, mami, feliz día!