Para muchos, esto significa haberse convertido en presa de un número de adicciones modernas que aumentan los niveles de estrés y amenazan nuestra salud y felicidad.
Internet
  • En su manifiesto 'No eres un Gadget', el escritor, científico y filósofo Jaron Lanier escribe: "¿Qué es una persona? Si supiera la respuesta a eso, podría programar a una persona artificial en una computadora. Pero no puedo. Ser humano no es una fórmula, sino una búsqueda, un misterio, un saltp de fe".
Desafortunadamente, esto es algo que se perdió en algunas personas, para quienes navegar y estar conectadas a las redes sociales se convirtió en una obsesión imparable. Muy a menudo, esto está acompañado por un corto carácter y altos niveles de ansiedad si se las mantiene alejadas de una computadora por un período de tiempo determinado.
Los expertos en salud ahora reconocen como un Desorden de Adicción a Internet, y aseguran que está asociado con síntomas que se unen a otras obsesiones: olvidarse de comer o dormir, fatiga, irritabilidad y un sentimiento de aislamiento de la sociedad.
Sexo
  • Hay peores cosas a las que puedes ser adicto, ¿verdad? Pero, al margen de los pensamientos sórdidos que pueden pasar por tu mente en el camino al trabajo cada mañana, las posibilidades de que tengas un apetito sexual normal son mayores a las de que seas adicto al sexo.

El verdadero problema es algo completamente diferente y mucho peor. Se cree que una de cada veinte personas lo sufre y, para nada sorprendentemente, la mayoría son hombres. Los cerebritos creen que se relaciona a la liberación de dopamina en el cerebro, similar a la excitación que moviliza a los jugadores compulsivos. Obsesionarse con las relaciones sexuales es destructivo para las relaciones de pareja, la salud mental y la carrera, si lo único en lo que te puedes enfocar es en el sexo.

Teléfono celular

  • Los teléfonos móviles son el azote de la era moderna. Lo que comenzó como un simple y práctico dispositivo para ayudarnos a estar en contacto con nuestros seres queridos evolucionó a un aparato multifacético, del que muchas personas dependen para manejar todos los aspectos de sus vidas.
El uso constante del móvil ya no se asocia únicamente a una afinidad con los mensajes de texto: correo electrónico, redes sociales, aplicaciones... se encuentran todos en el brillante dispositivo que parece estar quirúrgicamente adjunto a las manos de algunas personas. Pero, ¿a qué precio?

Café

  • Hace quince años, comprar un café en la calle significaba tomar una bebida de un color sucio servida en una vaso de poliestireno, mientras que hoy en día las grandes cadenas están por todos lados y el país está verdaderamente apegado a sus lattescappuccinos y mocha frappaccinos.

En resumen, nos hemos convertido en una nación que es adicta al café.
Pero, ¿cómo saber si eres adicto? Ante todo, es por supuesto la cafeína y no el sabor del café por lo que algunos de nosotros desarrollamos una necesidad diaria, y los expertos en salud creen que esta dependencia es un desorden mental, al igual que la adicción a una droga.