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martes, 15 de noviembre de 2011

Huelga nacional, ¿éxito o fracaso? Serios problemas de apreciación



Orlando Gil
LA APRECIACIÓN.- En un país donde los sectores no puedan determinar si una huelga nacional fue éxito o fracaso, hay serios problemas de apreciación. No se trata de repetir la clásica expresión de que todo depende del color con que se mire, sino de la incapacidad de medir la protesta y distinguir si fue forzada o espontánea. Los propios promotores juegan con los porcentajes, y eso es parte del problema, pues a ellos también les conviene saber si su poder de convocatoria se mantiene igual, o creció, o disminuyó. Incluso, el discurrir del movimiento y su intensidad.


Si empezó fuerte y se fue diluyendo al paso de las horas, o si por el contrario, su inicio fue pobre y se hizo potente al subir el día. El profesor norteamericano Ian Morris relaciona liderazgo y geografía, y vale su tesis para demarcaciones pequeñas. Para conocer el grado de ascendiente de los llamados grupos populares, o porqué es más grande en unas comunidades que en otras, incluyendo la violencia, que es un elemento de imposición. El padre que no manda el hijo a la escuela, por ejemplo. ¿Lo retiene consigo por fervor o por temor?...
LIDERAZGOS.- ¿Una huelga nacional objetada por el candidato del gobierno y el principal de oposición puede considerarse un éxito porque logró paralizar tales o cuales comunidades en un tanto por ciento? El hecho no es que Danilo Medina e Hipólito Mejía no sumaran fuerzas al movimiento, sino que se pronunciaron en contra. Y era justo que lo hicieran, pues se les supone líderes, dirigentes de arrastre y en capacidad de llegar al poder y cambiar el actual estado de cosas. Es decir, que son más solución que la protesta. Además, de que en una campaña electoral, lo político está primero que lo social.
Si fuera lo inverso, República Dominicana estaría al borde de una convulsión y no a las puertas de un cambio de gobierno.
Medina y Mejía coincidieron en oponerse al paro, pero también en no hacer lo suficiente para desmontarlo. Fue el clásico dejar hacer, dejar pasar, que caracteriza el liderazgo nacional cuando se presentan estos trances. Nadie quiere arriesgarse contraviniendo la calle, aun cuando la calle no constituye un escenario racional… 
LOS MISMOS.- Cuando se observa a los promotores de la huelga nacional, hay que concluir en lo mismo: son profesionales de la protesta, los encargados de organizar cada cierto tiempo una especie de catarsis social. Los creadores de las condiciones para que se produzca un desahogo nacional.
No se conoce de que hayan logrado ninguna de sus metas, incluso algunas lucen oxidadas, como viva demostración de que no se revisan ni se ponen al día. Tampoco puede ser de otro modo, puesto que son los mismos desde hace años, sin el más mínimo reciclamiento o relevo. No entienden de dinámica social y mucho menos de dialéctica, ya que es elemental que no puede plantearse ni lucharse por lo mismo siempre.
Si no hay mudanza de lugar, sí de tiempo o de circunstancia.
La sociedad dominicana cada día es más joven, en tanto ellos más viejos. La calle misma se renueva en sus consignas, y se enfoca mejor. Los pliegos de demandas son cosas del pasado, como cuando se luchaba contra “la dictadura yanquibalaguerista” en su conjunto… 
“EL ÉXITO”.- No hay dudas de que sea que gane Hipólito Mejía o Danilo Medina, los huelgarios seguirán en las suyas, como discípulos aventajados del Gatopardo. No hay de menos. Cuando se analiza la huelga nacional del pasado lunes (¡miren que día! ¡¡lunes!!), se observa que tuvo el mismo “éxito” de las anteriores. No es que lograron su cometido en cuanto a los reclamos que se hacían al gobierno, sino que la paralización se impuso mediante el mismo resorte: el transporte público. El Foro Social Alternativo no es protagonista de primer orden, como pudiera pensarse de su figuración en los medios. No y no. El paro se da porque entre los convocantes o convocados se cuentan las federaciones de transporte, que con solo no sacar sus guaguas a las calles, hacen efectivos el movimiento.
Eso lo saben los organismos correspondientes, que en cada ocasión advierten y amenazan con carabinas vacías. Las autoridades por igual. Viven favoreciendo a los “sindicatos” de choferes, dicen que comprándolos, pero que cuando los necesita, como ahora disminuir los efectos de la huelga nacional, no les sirven…

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