(BBC)-- El ruido mata y cuesta caro. Pasar una semana sin hablar, lejos del mundanal ruido, puede ser aterrador, aunque transformador.
Apague su teléfono móvil, apague la televisión, olvídese de su computadora (después de leer esto, claro), apague su equipo de sonido, cierre las ventanas y pare la máquina lavadora.
¿Qué oye? ¿Nada? ¿Cuán incómodo se siente?
Desde el ruido de un mensaje de texto que entra en el celular a la campanilla de aviso en un programa como Skype o Messenger, las herramientas de comunicación moderna han hecho que desconectarse sea casi imposible.
Y es que cada minuto de cada día lo pasamos tratando de saber qué hacen los otros. Así, el mundo parece un lugar cada vez más ruidoso.
Investigadores de la Universidad Hallam de Sheffield, en el Reino Unido, demostraron que en 2001 el centro de su ciudad era el doble de ruidoso que diez años antes.
Las carreteras cada vez soportan más tráfico, mientras por todas partes se oye música cada vez más alta.
El silencio, o la incomunicación por un largo periodo de tiempo, se ha convertido en un bien sagrado.
Sin escapatoria
"Dos siglos atrás, en la sociedad rural, para la gente el silencio era normal. Ahora todo el mundo parece tenerle aversión", le dijo a la BBC el padre Christopher Jamison, organizador de los retiros.
"Hay un elemento de miedo a perderse algo si uno no está conectado", agrega Jamison.
Los voluntarios para los ocho días de silencio, primero llegan a la abadía de Worth para un fin de semana de reflexión antes de pasar al centro espiritual jesuita de San Beuno, en Gales.
También cuesta dinero
Quizás comprensiblemente, con el aumento de ruido más y más personas se consideran víctimas de la polución acústica.
Y es que no sólo perjudica a la salud, también tiene efectos en la economía. Por ejemplo, al Reino Unido, según cálculos oficiales, la contaminación acústica le cuesta más de US$11.000 millones.
Una reciente investigación de Nielsen apunta que los jóvenes en EE.UU. envían o reciben una media de 3.339 mensajes corto de texto al mes, más de seis a la hora si se resta el tiempo que permanecen dormidos.
Así que parece que permanecer ocho minutos en silencio es algo más que un reto. Mucho más, ocho días.
"Pensé que iba a sufrir una combustión espontánea"
"Realmente pensé que iba a sufrir una combustión espontánea durante los dos primeros días", comenta Carrie Lloyd, otra de las que participó.
"El silencio puede asustar porque nos hace enfrentar a nuestro lado más oscuro", comenta.
El ruido provoca infartos
Sin embargo, estudios recientes sugieren que el ruido puede ser también peligroso ya que incrementa los niveles de estrés y aumenta el riesgo de enfermedades.
Una investigación de la Agencia Medioambiental de Alemania calcula que el ruido producido por el tráfico es responsable del 3% de los infartos de cada año.
Brian Kristensen, de la Agencia de Protección Medioambiental de Dinamarca, estima en entre 200 y 500 las muertes prematuras provocadas cada año por el ruido.
Esto ha llevado a que la normativa, así como las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, sean muy estrictas con el ruido nocturno.
Incluso en las listas de éxitos musicales, el silencio está cobrando impulso. Este año, gracias a una campaña en Facebook, el número uno en la lista de éxitos de Navidad británica bien podría tener entre los aspirantes cuatro minutos y medio de silencio de John Cage.
Ahora ya puede volver a encender su teléfono.
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