Cada 18 de febrero se
conmemora el Día Nacional del Estudiante. Esta se celebra en varios países del
mundo aunque en fechas diferentes, pero en casi todos coincide con la llegada
de la primavera y es un simbolismo interesante porque con los estudiantes
reverdece la esperanza de que tendremos un país mejor, ese que todos y todas
soñamos y merecemos.
Toca a esta generación de
padres y maestros creer que en buenas manos estará el pandero cuando les toque
a los más jóvenes relevarlos. Hay que expresar ese voto de confianza, pero todo
depende de ellos, de sus actuaciones y de la forma en que enfrenten cada
situación que se les presente.
Mañana es su día y como
dice la canción es tiempo de echar al vuelo el nombre de estudiante para que la
patria y la familia se enaltezcan de su labor. El compromiso que tienen en sus
manos es enorme si se ve como un todo, pero si lo descomponen en partes pueden
ir sorteando cada obstáculo de ese camino largo que los llevará al éxito
profesional.
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