A partir del miércoles inicia la Cuaresma , 40 días en los
que se busca la conversión a través de:
La oración: dedicar un buen tiempo para hablar con Dios las cosas que
sólo tú y Él conocen de tu vida y que debes cambiar, también es tiempo de orar
no sólo por ti, sino por quienes sabes que necesitan de abrir su corazón a
Dios.
El ayuno: dejar de manera voluntaria cosas que te gustan, pero que han
causado un desorden en tu vida, separándote de tu familia y de Dios.
Caridad o limosna: Es desprenderse del dinero que en ocasiones
malgastan, para hacer conciencia que lo material es necesario pero en ocasiones
impiden ver y esperar la vida eterna.
El ayuno y la abstinencia son
"signos de conversión". No son "la conversión".
- El ayuno es signo de que tú:
- quieres "ayunar de
pecados"
- te solidarizas con los hambrientos
- prefieres el pan de la Palabra
- frenas el consumismo
- quieres compartir lo tuyo.
La abstinencia es signo de que tú:
- quieres abstenerte del pecado
- no te comes el pan de los pobres
- te "mantienes en forma"
por dentro.
Lo que interesa es cambiar el corazón.
1. El hombre de hoy es un poco
autosuficiente y algo olvidado de Dios. Confía demasiado en la razón y, a veces
se cierra a la fe, ¿no te parece?
2. El hombre de hoy piensa que la Cuaresma es para los
"carrozas" y los "carcas": "ya no se estila".
3. Dicen que el hombre de hoy ha
perdido la conciencia de pecado. ¿Será verdad que ya no hay pecados?
4. ¿0 será que el hombre de hoy necesita
más que ningún otro convertirse?
5. Lo que pasa es que convertirse es
algo complicado.
6. Cuando el hombre de hoy comprenda
lo serio que es cambiar de vida y poner en cuarentena el corazón, entonces se
dará cuenta que necesita la
Cuaresma.
7. El hombre de hoy es el hombre del
evangelio, porque el evangelio siempre es de hoy.
8. Todos somos hombres de hoy, que
necesitamos una Cuaresma de "hoy".
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