El cuerpo de la mujer está pensado para la concepción, para poder dar vida. Y precisamente por ello tiende siempre a almacenar grasa. Esa grasa la puede colocar en diferentes puntos del organismo, pero sirve de reserva en el caso de que vengan tiempos peores, y permite que el bebé pueda nacer y crecer.
Sin embargo, precisamente ese almacén de grasa natural que tenemos nosotras hace que nos resulte mucho más complejo bajar de peso. Es más, la mayor parte de las dietas que funcionan en los hombres, no lo hacen en las mujeres.
Eso sí, esa parte genética que nos caracteriza por ser mujeres y que impide que perdamos peso tan rápido como ellos, influye también a la hora de ganarlo. Nuestro metabolismo hace que nuestro cuerpo se mantengan más en un estado intermedio, guardando reservas de grasas para los tiempos peores.
El sube y baja de ellos
Si llegase una guerra y no hubiese alimentos, las mujeres tendríamos por nuestro metabolismo más posibilidades de sobrevivir. El cuerpo de los hombres y su constitución hacen que así de rápido como bajan de peso, puedan también ganar esos kilos de más. Para ellos, la alimentación es un constante sube y baja.
El metabolismo de las mujeres, y sobre todo el hecho de que nuestro cuerpo está pensado para poder albergar la vida en nuestro interior son la principal razón de que la pérdida de peso sea diferente en hombres que en mujeres. ¿Conocías esas diferencias?
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