Por: Fátima Cáceres.
Mucho se ha hablado acerca de la reforma constitucional que despenalizaría el aborto y parte desde diferentes perspectivas para encontrar un punto de apoyo que lo justifique o lo prohíba.
Hoy se considera como una vida a una criatura desde que se concibe, desde ahí es un ser humado completo aunque en tamaño miniatura; sin embargo ¿Qué tanto le importa esto a la madre al momento de abortar?
Tenemos una realidad innegable cada vez son más los(as) adolescentes que inician prematuramente su vida sexual. Tomando en cuenta a las religiones cuando predican la abstinencia hasta el matrimonio ¿Qué razón les expresan para propagar abstenerse en vez de protéjanse con algún método anticonceptivo y no que acaten esta disposición?
En nuestra sociedad más son las familias que se unen a la causa de tener a alguien que ha perdido su vida por un aborto mal practicado y en secreto porque aunque esta prohibido según nuestra carta magna hay hospitales, clínicas y hasta casas preparadas para inducir y practicar abortos y no justamente terapéuticos.
Al momento de someterse el proyecto para legalizar el aborto también debió haberse presentado lo referente a las garantías de la mujer, el cuidado, asistencia médica especializada que le asegure que su vida no corre riesgos si decide parar su embarazo.
Pero mientras se obtiene una respuesta positiva o no por qué nuestras formadoras por excelencia, la familia y la escuela, no tratan de concienciar a la ciudadanía sobre el valor de la vida y lo que implica matar una y sobre todo que la mujer debe tener la última palabra porque aunque la ley se lo prohíba ella siempre será quien decide sobre su cuerpo.
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