El día 20 de octubre se ha instituido como el "Día Internacional de la Osteoporosis". Que una enfermedad llegue a tener su propio "día", aceptado por la comunidad internacional de la salud, conlleva una muy clara intención: darle trascendencia y divulgación a una afección muy común, que usualmente no logra un alto "rating" de la atención pública, tal vez por su falta de directa mortandad.
Y ese intento de hacerla más pública, es más que bienvenido y necesario, porque -tal como muestra una investigación realizada por profesionales de la Stanford University School of Medicine- menos del 50% de quienes la sufren son diagnosticados. Y se la descubre muy tarde, cuando el mal ha avanzado al punto de que sobrevienen las fracturas de huesos deteriorados.
QUE ES
La osteoporosis es una enfermedad de los huesos que afecta, en su mayoría, a mujeres mayores de 50 años –post menopausia-. Esta enfermedad se caracteriza por una reducción en la densidad y calidad ósea que, en consecuencia, conlleva un debilitamiento del esqueleto, lo que a su vez aumente el riesgo de padecer fracturas.
En la revista Harvard Women Health Watch salió publicado un artículo en el cual se detallan ocho consejos a tener en cuenta para reducir el riesgo de padecer esta enfermedad:
1- Ejercicio físico regular – siempre considerando la edad y la condición física-. Las actividades más recomendadas son: las caminatas, practicar baile, tenis, voleibol, o incluso concurrir al gimnasio a realizar una rutina adecuada para cada uno.
2- Tener una dieta equilibrada y nutritiva. Prestar mayor atención a ciertos nutrientes como el calcio y la vitamina D –consumir, dentro de lo posible, alimentos fortificados con esta vitamina-.
3- Tomar sol de forma conciente. Exponerse de manera moderada y cuidada, esto es, con protección adecuada y nunca en horarios pico, pero sí lo más seguido posible – de 3 a 4 veces por semana-, por un lapso de 15 a 20 minutos cada vez, para facilitarle al organismo la síntesis de la vitamina D.
4- No olvidarse de ciertos nutrientes esenciales como el potasio, fósforo, magnesio y, como ya se dijo, el calcio.
5- No fumar.
6- En caso de que sea necesario, y en que se haya prescripto por un profesional, recurrir a suplementos o medicamentos especiales.
7- Especial cuidado con la depresión: ciertos estudios han encontrado una relación directa entre la depresión y la pérdida de masa ósea.
8- Mantenerse dentro del peso normal: evitará, entre otras cuestiones, caídas que pueden terminar en fracturas.
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