Había una barca en el río, y unos jóvenes se entretenían remando. Y no se dieron cuenta de que el fondo de la misma había un pequeño agujero por donde iba entrando el agua. La barca iba hundiéndose poquito a poco; y ellos continuaban riendo, jugando y cantando. Cuando vieron el peligro, quisieron remediarlo, y trabajaron con todas sus fuerzas. Si se hubiesen descuidado un poco más, hubiera sucedido una catástrofe. Esta barquichuela es tu alma. Procura ir quitando los pequeños defectos que tienes. Ahora lo puedes hacer. Después quizá sería tarde, y te hundirías en el infierno.
De webcatolicodejavier.org
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