Dar luz

Como cristianos, todos nosotros tenemos la vocación de dar la luz de Cristo permitiendo que su presencia crezca dentro de nosotros y compartir esa presencia con el mundo.

Por medio del bautismo, nosotros hemos sido unidos a su misión.Siempre que nuestras vidas sirven a los propósitos de Cristo, el nace de nuevo por medio de nosotros. Somos llamados y autorizados por su Espíritu para servir como sus manos que se extienden a los demás, sus pies que van a los lugares donde podemos hacer el trabajo del Reino de Dios, y su voz que habla las buenas noticias que dirigirán a las personas a la salvación, y a su amor curativo, y a la paz profunda y duradera que sólo él puede proporcionar.

Normalmente las personas más difíciles de evangelizar son generalmente nuestros propios miembros de familia. Estamos demasiado cercanos. Los queremos tanto que somos demasiado duros con ellos. Y puesto que ellos nos conocieron antes de nuestra conversión, nosotros no tenemos mucha credibilidad.

El apostolado significa: ser enviados a dar la luz de Jesús;trayéndolo al mundo donde quiera que vayamos en todo lo que hacemos.

Dar la luz de Jesús, tiene que ver más con lo que hacemos que con lo que decimos. ¿Qué tan bien imitas a Jesús? Considera cada interacción como una oportunidad para que ellos conozcan a Jesús, incluso si ellos se nieguen tercamente a reconocerlo en ti.

Si ellos ya saben que tú sigues a Cristo y que vas a Misa y que crees que la participación en la comunidad de la iglesia es importante, y si tu fe visiblemente hace una diferencia en tu vida, entonces tú no necesitas recordárselos. Concentre simplemente en traer a Jesús en las relaciones - su amor, su paciencia, su alegría, y todo lo demás. ¡Nadie te puede detener de dar la luz de Jesús!

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