Algunos expertos apoyan la idea de reimplantar la enseñanza de caligrafía en los centros educativos.
La escritura manual es una excelente gimnasia para el cerebro porque al realizarla ejercitamos al mismo tiempo nuestras capacidades visuales, motoras y cognitivas. La buena letra puede ser una gran aliada de las neuronas, sobre todo las infantiles, según un equipo de expertos europeos.
Los bolígrafos, lápices, estilográficas y rotuladores se parecen cada vez más a piezas de museo cuando los empleamos como medio principal y habitual para representar nuestras palabras o ideas con letras u otros signos, trazándolos sobre el papel o bien para comunicarle algo a otras personas.
Nadie duda de las enormes ventajas en cuanto a calidad, velocidad y cantidad a la hora de elaborar un texto que ofrece la escritura mediante teclados o pantallas táctiles, en ordenadores, tabletas electrónicas, teléfonos móviles y todo tipo de dispositivos portátiles.
Su resultado es impecable: un texto con una tipografía muy agradable y libre de tachaduras o borrones, que después puede copiarse al papel mediante una impresora de última generación o visualizarse en una atractiva pantalla de alta resolución.
No obstante, las últimas investigaciones científicas aportan buenas razones para seguir cultivando la costumbre de escribir a mano, siempre que sea factible, sin por ello renunciar a las facilidades, comodidades y posibilidades que abren los medios tecnológicos para realizar un escrito moderno.
La redacción manuscrita es un proceso más lento y artesanal que la escritura con teclados físicos o virtuales, pero sus beneficios son tan notables que algunos expertos apoyan la idea de reimplantar la enseñanza de caligrafía en los centros educativos.
Según un estudio de investigadores de Noruega y Francia, escribir con una sola mano mediante un lápiz o un bolígrafo, para dar forma a nuestros pensamientos sobre una hoja de papel, estimula las capacidades neuronales más complejas y ejercita el cerebro en mayor medida que hacerlo con un teclado.
Para llegar a esta conclusión un equipo de investigadores dirigido por Anne Mangen, de la Universidad de Stavanger (Noruega) y Jean-Luc Velay, de la Universidad del Mediterráneo de Marsella (Francia) ha comparado los diferentes procesos cerebrales que se utilizan en la redacción manuscrita y en la escritura sobre un teclado de ordenador, usando ambas manos.
De acuerdo a su investigación, al escribir a mano se activan simultáneamente tres procesos cerebrales. Se ejercitan nuestra área visual, ya que estamos viendo lo que está en nuestro papel, nuestras habilidades motoras, porque colocamos el lápiz o bolígrafo sobre el papel y lo movemos para trazar las letras, y nuestras capacidades cognitivas, ya que recordar la forma de cada letra requiere un tipo diferente de respuesta del cerebro.
DE LA MANO AL CEREBRO
“Nuestro cerebro memoriza las cosas a partir de los movimientos de nuestra mano”, ha explicado Jean-Luc Velay, profesor de neurología, en la Universidad del Mediterráneo de Marsella.
A pesar de estos beneficios, actualmente muchos niños, cuyo cerebro en desarrollo se vería especialmente favorecido por esta habilidad, no han aprendido la escritura a mano o casi no la practican, debido a que emplean los teclados de ordenador desde edades cada vez más tempranas.
Por esa razón, los investigadores Mangen y Velay apoyan la idea de fomentar la enseñanza de la caligrafía y la escritura en las escuelas, una asignatura que viene cayendo en desuso, ante el avance de las nuevas tecnologías y procesadores de texto.
“Escribir a mano ayuda a los niños a mejorar sus habilidades motrices, a aprender a expresarse y a generar ideas, porque exige que compongan la frase mentalmente antes de redactarla de su puño y letra. Además, los movimientos secuenciales de los dedos que requiere la escritura manual, activan regiones del cerebro que involucran el pensamiento, el lenguaje y la memoria a corto plazo”, explica la grafoterapeuta Mari Carmen Martínez Darsés.
Según esta experta, impulsora de un método de caligrafía terapéutica que enseña a corregir y modificar los trazos de las letras y palabras para sanar el cuerpo y la mente, “cuando se utiliza un lápiz para escribir, el cerebro se involucra en el proceso de crear eso que se desea”.
“La escritura a mano implica una actividad neuronal más intensa, ya que cuando alguien escribe obliga al cerebro a enfocarse en lo que desea y a crear imágenes mentales. Eso le ayuda a familiarizarse con lo que se desea y en consecuencia a lograrlo”, explica la impulsora de la denominada ‘grafoterapia’.
Además, según Martínez Darsés, “la escritura manuscrita es el mejor test que podemos desarrollar. Con doce únicos movimientos o trazos realizamos todas nuestras letras. Cada uno de ellos está ligado a una función nerviosa. Su aparición en exceso o defecto, y las características con que se ejecutan, describen a la persona mental, física y emocionalmente”.
“Mediante la grafoterapia o corrección escritural, se reequilibran los impulsos nerviosos y así se consigue un cambio de conducta. Unos ejercicios motrices correctos facilitan esta labor, y permiten la mejoría desde las primeras prácticas”, dice la experta, quien agrega que “según recientes investigaciones, redactar a mano tiene ventajas para el cerebro, como ayudar a fijar conceptos, a aprender un nuevo idioma y a mantener la mente activa”.
TRAZOS QUE ACTIVAN LA MENTE
Con la ayuda de imágenes de resonancia magnética, científicos de la Universidad de Indiana (EE.UU.) han comprobado que al escribir a mano se activan más regiones del cerebro y se favorece el aprendizaje de formas, símbolos y lenguas, lo cual ayuda a fijar los conceptos y es beneficioso para aprender un nuevo idioma y mantener la mente activa.
Un estudio anterior de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.) había descubierto que los pequeños escriben más rápido a mano que con el teclado y que generan más ideas al hacerlo.
Estos trabajos coinciden con la experiencia cotidiana de muchos padres y educadores, y los estudios de lingüistas y neurólogos, que afirman que la escritura a mano ayuda a los niños a aprender e incentiva la creatividad infantil.
Según el neurólogo Virgilio Hernando Requejo, del Hospital Universitario Madrid-Sanchinarro (España), "la representación que tiene la mano en la corteza cerebral es enorme. Al escribir con bolígrafo utilizamos mucho más el cerebro que cuando usamos el teclado del ordenador".
"Es bueno seguir escribiendo a mano, porque al hacerlo se piensa más lo que se está diciendo, aunque cambiemos esta práctica tampoco quiere decir que retrocedamos", advierte el especialista.
Sea como sea, “no todo son teclados en el mundo informático”, y la industria tecnológica ha comenzado a incorporar la escritura manual a una creciente gama de artilugios, desde tabletas electrónicas hasta terminales ‘inteligentes’.
La escritura manual y las nuevas tecnologías han iniciado un camino convergente, ya que cada vez hay más dispositivos que permiten escribir sobre una pantalla mediante un puntero electrónico, permitiendo que la mano recupere su protagonismo al dar forma a los trazos de una firma o un grupo de palabras.
Algunas de las versiones más básicas de estos sistemas de escritura manual sobre dispositivos electrónicos se están generalizando en muchos supermercados y servicios de entrega paquetería o revisiones técnicas, en los que el usuario dibuja su firma en un terminal, para validar un pago con su tarjeta bancaria o manifestar su acuerdo con la prestación recibida.
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