SANTO DOMINGO (Rep. Dominicana).- La cantidad de mujeres estudiado en los centros de educación técnica mejoró considerablemente en toda Centroamérica, llegando a suponer la mitad de la población estudiantil y, en algunos casos, más, como en el dominicano, donde las mujeres representan el 54% de la matrícula del Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP).
Así lo muestran los resultados del diagnóstico “Igualdad de género en los institutos de formación profesional de América Central y República Dominicana”, de la autoría de la socióloga española María José Chamorro, que fue socializado este martes.
Aunque el dato anterior es positivo, en términos de equidad de género supone un avance limitado, dado que aún persiste un elevado nivel de concentración de las mujeres en las carreras peor remuneradas y con un mercado laboral menos dinámico.
También los hombres están concentrados en algunas carreras, agrega Chamorro, pero éstos tienen la ventaja de que están en áreas mejor remuneradas y más valoradas socialmente.
Más del 60% de las carreras que imparten los institutos estudiados en toda la región son “desequilibradas”, lo que significa que la relación predominante entre los dos sexos es de 60% o más frente a un 40% o menos.
“En esos desequilibrios a las mujeres les va peor porque están más concentradas que los hombres y, además, en carreras que tienen menos salarios cuando salen al mercado de trabajo y están en los niveles más bajos de cualificación… Esa segregación ocupacional hace que, incluso en las ramas más feminizadas, los pocos hombres que hay tienen salarios más altos que las mujeres”, precisa la investigadora.
Para Chamorro, contrarrestar esta segregación en la formación profesional es imprescindible si se pretende cambiar la realidad de las mujeres en el mercado de trabajo.
Aunque no tiene datos exactos para el país, cita que en América Latina se estima que hay una brecha salarial cercana a un 20% a favor de los hombres y que las mujeres son el 80% de la población que no estudia ni trabaja, además de ser mayoría en el sector informal.
Esto tiene consecuencias importantes en su nivel de acceso a los servicios de protección social, como salud y pensiones, y a los demás beneficios de que disfrutan quienes trabajan en el sector formal.
El rol de la educación técnica
Para cambiar esta realidad, la educación técnica juega un papel relevante, sobre todo en la medida en que los institutos logren una mayor inserción de las mujeres en las carreras no tradicionales y en las asociadas a los hombres, según las recomendaciones del estudio, que fue patrocinado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Chamorro cita que para avanzar en este sentido, además de promover las carreras entre las muchachas, es necesario combatir el sexismo en las aulas y formar a los maestros en perspectiva de género, de modo que puedan identificar cuándo se manifiesta y su nivel incidencia.
Rafael Ovalles, director del Infotep, dijo en este sentido que en esa institución se han estado llevando a cabo acciones orientadas a estimular la participación de las mujeres en carreras con más valor social, mejor remuneradas y que han sido tradicionalmente un campo masculino.
Según la investigación de la OIT, todos los institutos de formación profesional estudiados están desarrollando acciones en este sentido o las han implementado en algún momento, pero se critica su escasa consistencia. Sólo en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), de Costa Rica, y en el Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (INSAFORP) había una política interna y un plan de acción con el fin de conseguir la equidad de género en las distintas carreras.
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