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viernes, 24 de abril de 2015

¿Por qué nos aburrimos tan pronto estando en pareja?

A menudo lo vemos: parejas que comparten un café en una terraza sin apenas mirarse a los ojos, más pendientes de sus smartphones que de una buena conversación cara a cara. Lo vemos en las constantes discusiones, lo experimentamos en esas fantasías secretas y, especialmente, tras comprobar unas estadísticas que confirman las tristes (o liberadoras) conductas amorosas del siglo XXI.
¿La respuesta? El aburrimiento, entre otros factores. Sin embargo, ¿por qué nos aburrimos tan pronto estando en pareja?

El incorformismo

El ser humano tiene la increíble capacidad de desechar el presente que siempre soñó por inconformismo, por el mismo hecho de fijarse objetivos constantemente y obtener placeres o experiencias que, precisamente, le son difíciles de alcanzar por cuestiones morales o económicas. Así somos, ambiciosos e insaciables, sea cual sea el modo en que lo expresemos.
En lo que respecta a la pareja, seguramente siempre deseaste encontrar a la persona que hoy día tienes a tu lado, pero lo cierto es que, en realidad, ahora te aburres con él. Te levantas por la mañana y ves a la misma persona, tomas un café y no sabes de qué hablar o, si lo haces, compruebas que siempre conversas acerca de los mismos temas, procuras hacer más planes con amigos y durante el sexo... ¡Ay, el sexo! Ahí sí que notas que todo siempre es lo mismo. Eso, claro está, si lo sigues practicando.

Cosas que nos hacen aburrirnos de una pareja

Aburrirse en pareja depende de muchos factores: de la conducta de la misma y, especialmente, de las pautas que socialmente creemos que una pareja debe seguir. Nos han enseñado que las parejas no tienen por qué permitirse tantos espacios de libertad e independencia, que debemos macerar la relación hacia compromisos como vivir juntos, casarnos y tener hijos, que no siempre tenemos que decir las cosas tal y como las pensamos. Pero lo cierto es que la ausencia de comunicación es también un importante detonante de este aburrimiento, ya que, al callarnos esas verdades u opiniones, estamos potenciando la apatía y el "odio" hacia la otra persona.
Si existiera un mayor nivel de comunicación, esto no pasaría de forma tan asidua. Comunicación para expresar que nos falta sexo, espacio, que no te gustan ciertas conductas o que aquella o tal cosa no te parecen bien. Sin embargo, preferimos callarnos, culparle a él,seguir jugando a la pareja feliz hasta que, un día, sin más, comenzamos a tener fantasías. Efectivamente, aquel reto se ha convertido en rutina y necesitamos nuevos estímulos que, por otra parte, se nos resisten. Perdemos la capacidad para sorprender al otro, para expresar lo que necesitamos y, como consecuencia de ello, las fantasías se convierten en un gen que avanza de forma tóxica por nuestra mente, reprimiéndonos para, el día menos pensado, explotar. 
¿Solución? Diseña tu pareja a tu gusto, siempre que esta se preste a ello, que exista una buena comunicación. Valora lo que tienes y explora sus muchas posibilidades porque, aún cuando encuentres a otra persona, la rutina volverá a acechar igualmente y, posiblemente, te des cuenta de que la vida no es tan injusta, sino que tú lo eres con esa otra persona pero, especialmente, contigo misma.
Determinar los factores por los que las parejas se aburren no es tarea fácil, especialmente porque cada persona es un mundo. Sin embargo, sí creemos que el patrón de pareja debe de cambiar en pos de una mayor comunicación, sorpresa y, ante todo, valoración, apreciar los placeres actuales y dejar de perder tiempo en ansiar lo que no tenemos, pues eso, lejos de evaporarse, nos acompañará durante gran parte de nuestra vida si no estamos dispuestos a "cambiar el chip".
¿Eres de esas personas que se aburre con su pareja?

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