El día que la cárcel cueste más que la universidad

MARÍA MESENS

Religiosa Belga

Con mi experiencia y oficio como marco de referencia repasé los datos ofrecidos por el Ministerio de Educación en la más reciente convocatoria a Pruebas Nacionales del 8vo grado.Casi 180 mil estudiantes se presentaron a tomar sus pruebas. Instintivamente el número me dejó insatisfecha pues en estos menesteres no importa tanto los que se presentan, mas bien, importan los que no se presentaron.

De acuerdo con la ONE, en el 2010 los dominicanos sumaban 9.8 millones aproximadamente. De estos, un 31.48% tiene 15 o menos, es decir, 3, 085,040 personas. Sin embargo, según los registros que pude ubicar, en el año escolar 2009/10 solo estaban registrados en los niveles Inicial Formal y Básica 1, 936,161 estudiantes. Esto significa que hoy hay fuera de las aulas por lo menos 1,148,879 niños con el agravante de que ninguna de las políticas impulsadas desde el poder indican que esta tendencia se haya empezado a revertir. Adicionalmente, creo oportuno significar que el estar fuera de las aulas, gravísimo en sí mismo, es indicador de estadios de indefensión y abandono aun mayores de lo que los amables lectores pueden en primera instancia imaginar. No hace falta ser un maestro de las ciencias sociales para concluir que la mayoría de esos muchachos/as que hoy están fuera de las aulas engrosarán, a pesar de sus mejores esfuerzos, los círculos de la pobreza extrema. Otros, lamentablemente, se enredarán en la actividad criminal.

Recientemente el director de prisiones, Lic. Roberto Obando Prestol, reportó a la prensa nacional que en 7 años la población penitenciaria había aumentado en un 75%.Una cifra impresionante por sí sola, particularmente si se toma en cuenta que probablemente sería mayor a no ser por los altos niveles de impunidad que prevalecen en la sociedad dominicana.

En el tema penitenciario se ha venido impulsando en los últimos años una reforma que merece reconocimiento. Los sistemas penitenciarios de todo el mundo son barriles sin fondo por definición. Cuando alguien me pregunta si creo que esos recursos están justificados invariablemente contesto de manera afirmativa pues,aunque nada mas sea por eso, tratar a otros con decencia nos hace más decentes y humanos a nosotros mismos.

Para el 2015 leí en algún lugar que República Dominicana tendrá todas sus cárceles en el Nuevo Modelo donde precisamente la dignidad de los internos es un baluarte. Digamos que a nosotros, después de aplatanar los niveles de dignidad sugeridos por el primer mundo, no nos cueste cada preso 54 euros por día tal y como es la media europea, que sea 1/5 solamente, es decir unos 10 euros por día. Ese será el día en que nosotros habremos alcanzado el discutible mérito de tener un país en donde mantener preso a un hombre o una mujer nos costará más dinero que mandarlo a una de las universidades más caras del país, con transporte y libros incluidos.

Dicen en el barrio donde vivo que "nunca es tarde si la dicha es buena". Los dominicanos, se puede argumentar, son gente dichosa pero creo que estamos de acuerdo en que vivir de la dicha no parece una apuesta segura. 34 de los últimos 50 años hemos estado gobernados por hombres de reconocidas virtudes académicas e intelectuales. Tanto Balaguer como el Dr. Fernández deben mucho, en sus afanes por superarse, a las oportunidades que encontraron en los salones de clase. Entonces, no se explica cómo se regatea, se posterga y se relaja esa oportunidad para el millón y medio de jóvenes que ahora está fuera de los salones de clases.