Las personas con una personalidad antagonista, especialmente si son competitivas y agresivas, presentan un riesgo mayor de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
"Las personas que tienden a ser competitivas y están más dispuestas a pelear por sus propios intereses tienen paredes arteriales más gruesas, algo que representa un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares", explica Angelina Sutin, del Instituto Nacional del Envejecimiento (Estados Unidos).
Tanto el ataque cardíaco como los accidentes cerebrovasculares constituyen emergencias médicas que de no atenderse a tiempo pueden generar daños permanentes o incluso la muerte.
El ataque cardíaco sucede cuando la sangre no llega a una parte del corazón porque un coágulo bloquea una de las arterias que lo irrigan. Las células dejan de recibir oxígeno y nutrientes y, por ese motivo, sufren daños y pueden morir. En el caso del accidente cerebrovascular o ACV algún vaso sanguíneo del cerebro está bloqueado por un coágulo o se derrama sangre a través de él. Las neuronas no reciben el flujo sanguíneo y comienzan a sufrir perjuicios.
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