En una encuesta a personas de entre 18 y 25 años, el 35% de los hombres y el 42% de las mujeres dijo no tener tiempo para sentarse a disfrutar de una buena comida, lo que redunda en alimentos poco saludables y en exceso de bebidas gaseosas.
La rutina de los adultos jóvenes se caracteriza por el exceso de trabajo y la sensación de que no se tiene ni un minuto libre. Según un nuevo estudio, cuando una persona vive a las corridas le dedica muy poco tiempo a sentarse a comer y, como consecuencia, tiende a alimentarse con platos poco saludables.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Minnesota publicó en el Journal of the American Dietetic Association (Revista de la Asociación Dietética Americana) un trabajo realizado con 1.687 adultos jóvenes de entre 18 y 25 años. Todos ellos habían previamente participado del Proyecto EAT (Comer entre adolescentes), cuando todavía estaban en el colegio secundario.
Los especialistas analizaron los hábitos alimenticios de los voluntarios, averiguando por ejemplo qué vegetales comían, cuántas veces pasaron por un local de comida rápida en la semana anterior, o si mantener comidas regulares era importante para ellos.
Los investigadores descubrieron que el 35% de los hombres y el 42% de las mujeres dijeron que no tenían un tiempo para sentarse a disfrutar de una buena comida.
A su vez, vieron que esta percepción de falta de tiempo representaba un impedimento importante para alimentarse a base de platos sanos. Paralelamente, la necesidad de comer a los apurones implicaba un mayor consumo de, por ejemplo, comida rápida o gaseosas.
La buena noticia es que cuando estos jóvenes se reúnen a comer con amigos suelen elegir platos más nutritivos para su salud.
Los investigadores concluyeron que la percepción del tiempo es fundamental para mantener una buena alimentación en los adultos jóvenes. Subrayaron que reunirse más seguido con amigos es una buena estrategia para comer como mejor le conviene a la salud.
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