Si sientes que la ira está creciendo, debes alejarte de la situación durante un momento, así te darás la oportunidad de recuperar el control. Dile a la otra persona que necesitas un minuto y que regresarás enseguida. Has algunas respiraciones profundas, rocía agua en tu cara. Cuando puedas pensar claramente vuelve a la situación y manéjala. Dar ejemplos específicos de lo que ha ocurrido y como te estás sintiendo.
Esto le da a la otra persona la oportunidad de hacer las paces si ellos están equivocados y ayuda a aclarar la confusión. Recuerda que una ira sin control puede afectar tus sistemas cardiovascular y nervioso, además de envejecerte.
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