Hasta ahora se sabía que el cigarrillo tenía graves consecuencias sobre la salud tanto de fumadores activos como de los pasivos. Pero ahora acaba de encontrarse una tercera forma de amenaza, que alcanza incluso a quienes no reciben su humo en forma directa.
Esta nueva forma de amenaza a la salud está relacionada con las partículas cancerígenas y moléculas de materiales tóxicos que se depositan sobre las distintas superficies de la habitación donde se estuvo fumando y que acumuladas- podrían afectar a los chicos que, jugando, pueden entrar en contacto con ellas.
Estos residuos químicos del cigarrillo incluyen diversos elementos carcinógenos, partículas de metales pesados y hasta algunos pequeños elementos radiactivos que se depositan y acumulan en las superficies, planas, alfombras y suelo de la habitación y desde allí pueden llegar a las manos y boca de los chicos y terminar ingresando en su sistema metabólico.
Estas conclusiones fueron volcadas en un reciente trabajo publicado en la revista especializada "Pediactrics".
El Doctor Jonathan Winickoff, pediatra, autor del trabajo, y quien escribió el comentario en la revista, recuerda que "actualmente casi todo el mundo conoce los riesgos que asume el fumador pasivo, pero son pocos quienes conocen esta otra posibilidad de contaminación".
Y ejemplifica con un caso práctico: "los padres que fuman con asiduidad en su casa habitación, aunque lo hagan mientras no estén los chicos y luego la ventilan pensando que así evitan todo riesgo, pueden no saber qué permanecen en dicha habitación diversos factores de riesgo que pueden afectar a la salud de los más chicos". Algo similar puede pasar en un auto, en un ascensor o en la habitación de un hotel que acepta a fumadores.
Obviamente, esta situación afecta tanto a los chicos como a los adultos. Y entre las sustancias tóxicas que se han detectado que quedan como "restos" acumulados mucho tiempo después de haberse consumido el último cigarrillo, se encuentran algunas como el cianhidrido de hidrógeno, tolueno, arsénico, monóxido de carbono y polonio, entre otros. Algunos de estos son conocidos elementos cancerígenos.
Los autores del trabajo afirman que esta situación amerita el diseño de nuevas campañas de prevención de salud pública que apunten, específicamente, a los riesgos que genera esta situación realacionada con el cigarrillo y sus riesgos de "tercera mano".
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