La lucha contra la alta presión arterial es un problema global. Pero mientras los países desarrollados han logrado disminuir el impacto de las enfermedades cardiovasculares en las últimas décadas, los países de América Latina no han logrado tan buenos resultados.
Así lo explica una reciente investigación publicada en la revista médica especializada Therapeutic Advances in Cardiovascular Disease, por un grupo de profesionales de Argentina, México y Brasil.
LOS PROTAGONISTAS
Quienes realizaron este trabajo y escribieron el artículo son los especialistas Adolfo Rubinstein, del Hospital Italiano de Buenos Aires, Luis Alcocer de la Universidad Nacional Autónoma de México y Hospital General de México, y Antonio de Chagas de la Universidad de São Paulo Medical School Heart Institute. Y el trabajo explica, desde su propio nombre, la gravedad de esta temática: "La presión arterial elevada en América Latina: una llamada a la acción y recomendaciones concretas para remediar la situación".
Sin embargo, como la esperanza de vida aumenta algunos de los problemas de salud más comunes también se están agravando. Así, el escenario de las enfermedades crónicas que ya es común en países desarrollados, se está trasladando –de a poco- a los países en desarrollo.
EL PROBLEMA
Los autores proponen que las autoridades de salud de los diversos países establezcan, lo antes posible, nuevos programas de divulgación sobre los riesgos que genera la alta presión arterial y los numerosos beneficios saludables que aseguran algunos cambios importantes en el estilo de vida de las personas.
Entre otros detalles, los investigadores recuerdan que la hipertensión suele tener una baja tasa de detección y un alto subregistro debido a que no genera demasiados síntomas notables que hagan que la persona que la parece concurra al profesional médico.
El problema consiste en que si no se la controla y se la pone en caja, su persistencia puede generar derrames cerebrales, insuficiencia cardíaca, e infartos masivos.
Además se recuerda que año tras año fallecen en el mundo alrededor de 18 millones de personas por culpa de las enfermedades ardiovasculares, y alrededor de ocho millones se las relaciona con la hipertensión
Según datos de la Organización Mundial de la Salud aproximadamente el 80% del sodio ingerido se encuentra en alimentos procesados o envasados y comidas en restaurantes. El otro 20% se estima que es ingerido a través de la comida preparada en casa.
El consumo de la sal a nivel mundial es aproximadamente 9 a 12 g por persona ¡dos veces la cantidad máxima recomendada por la OMS! (1 cucharadita de sal de 5 a 6 g por día).
EN QUE CONSISTE LA HIPERTENSION
La tensión arterial mide la fuerza ejercida por la sangre durante la circulación sobre las paredes de las arterias. Un valor elevado de la tensión arterial daña las arterias que suministran sangre al cerebro, al corazón, a los riñones y a los demás órganos.
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