La magia del perfume ha encontrado un hueco perfecto en casa. Y es que el aroma se ha convertido en parte de la decoración, uno de los muchos elementos que conforman un ambiente, una forma de personalizar cada estancia y de dar calidez al entorno.
Y también en este arte de perfumar existen pequeños trucos. Por ejemplo, un ambientador nunca debe usarse para tapar otro olor, como el de la comida, ya que generalmente no hacen más que sumarse ambos con resultados bastante mareantes. Es preferible ventilar adecuadamente la estancia.
Además, los lugares de descanso deben realzarse con aromas relajantes. Por ejemplo, en el dormitorio se recomiendan notas de lavanda o camomila para potenciar la relajación, o notas exóticas y voluptuosas como el jazmín para destacar su lado más sensual. Mientras, en las áreas de trabajo se recomiendan aromas estimulantes como la bergamota, el limón o el eucalipto.
Los comedores, por su parte no deben perfumarse antes de disfrutar de una comida. El aroma podría empañar o incluso estropear el placer culinario, ya que la gastronomía ha de apreciarse con los cinco sentidos, ¡incluyendo el del olfato! Y otro consejo: evite perfumar las estancias si en ellas van a estar mujeres embarazadas o bebés, más sensibles a los olores.
Pero, ¿qué opciones tenemos para perfumar las estancias de nuestra casa?
Las velas perfumadas son las principales responsables de la pasión por los aromas de casa, ya que combinan magia, perfume, luz y belleza. Para aprovechar al máximo la vida de la vela, no cortes la mecha y déjala arder en un lugar sin corrientes de aire, para que se consuma por igual.
Los popurrís nos ponen en contacto directo con la naturaleza y permiten incluso dar rienda suelta a la creatividad al poder hacerlos a medida. Para mantener el olor, hay que añadirles unas gotas del aceite aromático más adecuado regularmente. En invierno se recomiendan los popurrís con notas más especiadas, casi golosas, mientras que con el calor casan mejor los de carácter afrutado y cítrico.
Los ambientadores en spray llevan gas propulsor, mientras que los vaporizadores esparcen el producto gracias a un movimiento de bombeo. Desde las mejores marcas de perfumes a las boutiques más exclusivas ofrecen ya ambientadores para el hogar de notas muy delicadas y que nada tienen que ver con esos antiguos ambientadores que olían de forma tan agresiva como artificial.
Los anillos de cerámica forman una especie de canal circular abierto en el que se dejan caer unas gotas de aceite aromático y que se deposita, a modo de corona, sobre cualquier bombilla. Al encender la luz, el calor va difundiendo el aroma de forma gradual.
Los quemadores de perfume, generalmente hechos de barro, permiten que, con el calor de una velita de té, las gotas de aceite aromático que en él se depositan, se vayan evaporando y fundiéndose con la atmósfera.
El incienso, de uso muy común en la liturgia de gran número de religiones, está muy de moda en Occidente debido a la pasión por las filosofías orientales. Debe usarse con mesura y en espacios amplios y/o bien ventilados, ya que de lo contrario puede resultar demasiado embriagador.
El papel de armario perfumado es una forma exquisita de dar un agradable aroma al interior de cajones y estantes, lo que proporciona frescor y potencia la sensación de limpieza de la ropa que en ellos se guarda.
El agua de planchar perfumada está viviendo un auténtico boom, especialmente para la ropa de cama y las toallas. Este tipo de agua, generalmente aromatizada con notas suaves (azahar, rosa, lavanda) se vierte en la plancha, que la devuelve en forma de vapor, dando apresto y olor de una sola vez.
De hola.com
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