En el contexto mundial se calcula que para 2025 esta patología será una epidemia, puntualmente debido al creciente número de personas que padecen diabetes e hipertensión arterial", señaló la doctora Cristina Vallvé, medica a cargo del Plan de Diálisis Peritoneal del servicio de Nefrología del Hospital Durand.
"Lo que ocurre es que muchas veces la gente -inclusive las personas que ya son pacientes porque presentan alguna de esas patologías- no saben reconocer los primeros signos de que algo está pasando", agregó la especialista y remarcó: "Por eso creo que necesitamos transmitir conceptos claros que ayuden a identificar los primeros síntomas".
Pero, ¿por qué es tan complicado darse cuenta cuando los riñones funcionan mal?. "En principio, postuló Vallvé, porque los riñones son órganos silenciosos que no dan ningún tipo de indicio cuando no están siendo capaces de llevar a cabo plenamente su tarea".
Eso genera que las alteraciones se descubran como consecuencia de una serie de indicios generales que presentan una doble complicación. Por un lado, pueden ser relacionados con cualquier otra patología, y por otro a su vez no son específicamente atribuibles a ninguna.
"Existen determinados síntomas o indicadores entre los que podemos mencionar el cansancio, la falta de apetito, el sueño (generado por la anemia), la hinchazón de miembros inferiores (por los edemas), la fatiga, las náuseas y los vómitos (sobre todo matinales) y los dolores óseos producidos por la retención de líquidos (urea) y la disminución de los glóbulos rojos en sangre", enumeró la especialista.
Sin embargo muchos de estos, por ejemplo los edemas, pueden ser relacionados con otras patologías como las cardiovasculares. Por esa razón, como comentó la doctora, muchos pacientes consultar con el clínico.
"Eso está muy bien, porque claramente nadie tiene por qué relacionar -más aún cuando no existen antecedentes familiares de Enfermedad Renal- esas molestias con los riñones. Ir al clínico permitirá dar el primer paso. A partir de ahí se indicará la realización de estudios (primero los tradicionales análisis de sangre y orina), para luego ir entrando en detalle de a poco mediante la derivación al nefrólogo que será quien indique exámenes más complejos y específicos".
En el caso de las personas que padecen diabetes e hipertensión, lo más importante no es prestar atención a los indicios, sino evitar que éstos se presenten. ¿Cómo? mediante controles periódicos con el médico de cabecera.
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